Gozan de una nueva familia: Niñas y niños

El ser humano es un ser social por naturaleza, como lo define Aristóteles, citado por Ever Arrieta* al nacer con esta característica e ir desarrollando a través de los años, necesitamos de un u unos otros para sobrevivir.

Una primera convivencia en comunidad es la familia, que en casos como desastres naturales puede dejar a niños y niñas sin sus miembros principales como son los padres, tan necesario en la primera infancia, donde los aprendizajes de vida le permiten desarrolla habilidades para la adquisición de autonomía y autorrealización para que sean miembros positivos para ellos mismo y para la sociedad.

Desafortunadamente en México, no existen cifras reales de niños y niñas que en condición orfandad por desastres naturales hayan perdido. Para ilustración consideramos el Terremoto** en nuestro país uno de los más fuertes sucedido en 1985 y un poco menos el de 2017, el primero, fue el de mayor impacto y el resultado fue niños y niñas huérfanos por pérdida de sus padres (afectación a familias nucleares o uniparentales).

El INEGI da cuenta de que en el censo 2020 el número de niñas y niños de 0 a 11 años, era un total de 25 millones, y para su protección existe la Ley General de los Derechos de Niñas, niños y adolescentes que dice que todas y todos tienen derechos a tener una nombre, a vivir en familia,  a la paz, a jugar y descansar, a una vida sin violencia, a la educación, a no sufrir discriminación, entre otras, sin embargo, la pérdida que tienen estos infantes cuando pierden a sus padres, todo su panorama cambia y se enfrentan a su nueva condición, niñas y niños sin familia.

Es la razón principal de por qué Unnido Fundación IAP nace, en primera instancia para darles la atención integral y al mismo tiempo   para restituirles el derecho de pertenecer a una familia, mediante la adopción o la reintegración familiar.

El Terremoto de 1985 fue el parteaguas para que sus fundadores se inspiraran en la Fundación, que en su inicio se llamó Fundación Quinta Carmelita, y que el objetivo era proteger a niñas y niños que perdieron a sus padres en el terremoto.

Con el paso se los años, se ocuparon en diversificar y desarrollar otros programas, que le dio profesionalismo a la atención a este grupo vulnerable, ahora basado en un modelo de Intervención Integral con enfoque de derechos a través de cuatro programas:

  • Familias/Adopción a través de talleres vivenciales donde se preparan, seleccionan y acompañan a los nuevas madres, padres y familiares.
  • Hogar/El Nido Atención y cuidados especializados: salud y nutrición, atención sicológica, Educación (Montessori), en un ambiente de armonía durante la temporalidad de su estancia.
  • Jurídico. Regularización de la situación jurídica de cada uno y garantizar su derecho a vivir en familia.
  • Incidencia en Políticas Públicas. Este es un pilar importante también, donde la función participa en la formulación e implementación de acciones de incidencia en los diversos ámbitos, cuyo producto es la elaboración de Estrategia por el derecho a vivir en Familia y comunidad de Niñas, niños y Adolescentes sin Cuidadores Familiares.

Anualmente, aproximadamente atienden a 45 niños, pareciera poco, pero el impacto al cambiarles la perspectiva de vida a esos niños es inimaginable, cuyo beneficio permea a toda la familia adoptante.

El trabajo que hace Unnido Fundación es importante, porque asegura el bienestar de niñas y niños adoptados cuidando todos los aspectos jurídicos y sociales.

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