La Biblioteca Vasconcelos volvió a llenarse de colores, sonidos y emociones con la segunda edición del Festival Asombrarte, un encuentro que celebra la inclusión y demuestra que el arte también puede tocarse, escucharse y sentirse con el alma.
Un festival que cambia la forma de mirar el arte
En un entorno donde la cultura muchas veces se reserva a la vista, el Festival Asombrarte propone una experiencia distinta: percibir con todos los sentidos. Celebrado del 3 al 5 de octubre en la Biblioteca Vasconcelos, este encuentro reunió a más de 70 artistas nacionales e internacionales con discapacidad visual, quienes compartieron su talento en música, danza, pintura, escultura, teatro, fotografía y literatura.
“Asombrarte nació de la necesidad de visibilizar el talento y las capacidades de las personas con discapacidad visual. Es un festival único porque comprende todas las disciplinas artísticas y porque es internacional”, comentó Angélica Lenz, fundadora y directora del festival.
Impulsado por Angélica Lenz, el festival busca fomentar la empatía y el reconocimiento de las distintas formas de percibir el mundo a través del arte.
Miradas del Alma y México Invisible: cuando el arte se vuelve experiencia
Entre las exposiciones más conmovedoras destacó “Miradas del Alma”, una muestra que invita a descubrir la conexión profunda entre artista y espectador mediante texturas, sonidos y sensaciones.
“Cada obra presentada es el resultado de un viaje interior, un testimonio del talento y la resiliencia de artistas cuyas manos, mentes y corazones son sus principales guías”, se leía en el texto de bienvenida de la exposición.
Otra de las muestras más visitadas fue “México Invisible”, una exposición fotográfica sensorial de Ojos que Sienten A.C., donde personas ciegas y con baja visión revelan una nueva forma de ver el mundo.
A esto se sumó el mural itinerante “La paloma mensajera que preserva nuestros valores”, una obra colaborativa que invitó a los asistentes a colorear con las manos y los sentidos una pieza que simboliza la paz y la unión.
“Este festival es una manera de crear conciencia, de informar y de construir una sociedad más justa, más humana y más accesible”, aseguró Lenz.
Voces que inspiran: empatía, arte y comunidad
Para Melanie Hernández, miembro del comité organizador, el trabajo detrás de Asombrarte ha sido un ejercicio de compromiso y sensibilidad.
“El reto más grande fue elegir a los artistas adecuados, porque recibimos una cantidad impresionante de propuestas. Queríamos garantizar un espacio digno, seguro y accesible para todos. Los artistas lo valen, y sabíamos que la gente llegaría en gran número.”
Desde el área de comunicación, enfatizó que la meta no es despertar lástima, sino generar entendimiento:
“No estamos pidiendo ayuda, estamos pidiendo atención. Este festival no solo muestra arte, sino que busca conectar desde la empatía y comunicar con responsabilidad. Asombrarte demuestra que todos tenemos talentos únicos que pueden expresarse de maneras distintas.”
Una de las actividades más participativas fue el taller libre de plastilina organizado por SOMAAP (Sociedad Mexicana de Autores de las Artes Plásticas), donde los asistentes —con y sin discapacidad— se vendaron los ojos para modelar figuras.
“Lo que buscamos es que las personas adopten sensibilidad. Muchas veces pensamos que alguien con discapacidad visual necesita ayuda, pero no siempre es así. Ellos han aprendido a manejar sus actividades, y aquí aprendemos a convivir sin ser paternalistas”, explicó Berushka, integrante del consejo directivo de SOMAAP.
“Este festival educa a quienes no tienen una discapacidad para convivir mejor con quienes sí la tienen. Aprendemos a preguntar si necesitan ayuda, a respetar su espacio, a no tocar sin permiso. Es una lección de empatía social”, añadió.
Una experiencia que trasciende los sentidos
El festival no solo ofreció talleres y presentaciones artísticas, sino que también abrió un diálogo sobre accesibilidad, diversidad y derechos culturales. En palabras de Lenz, “Asombrarte es un espacio para disfrutar, para vivir una experiencia con muchísima alegría y sensaciones padrísimas. Es algo que no se olvida”.
En los pasillos de la Biblioteca Vasconcelos, los asistentes recorrían las exposiciones guiados por su curiosidad, tocando esculturas, explorando fotografías táctiles y dejándose envolver por la música. Los rostros, tanto de artistas como de público, reflejaban sorpresa y emoción.
“Queremos que el público viva una experiencia única, que se sientan orgullosos y afortunados de convivir con estos artistas. Aquí encontrarán cosas irrepetibles”, añadió Hernández.
Del arte a la transformación social
El Festival Asombrarte surgió en 2024 como una iniciativa de arte incluyente que marcó precedente en México y Latinoamérica. En su primera edición, realizada, en el Centro Cultural Plaza Loreto reunió a 60 artistas visuales con discapacidad y se consolidó como un espacio de diálogo, aprendizaje y encuentro.
En su edición 2025, el festival reafirma su compromiso con la accesibilidad cultural y la inclusión. A través de su lema “El arte es inclusivo y fomenta la paz”, impulsa una visión del arte como herramienta para reconciliar, sensibilizar y conectar corazones.
“La verdadera visión reside en la capacidad de sentir, interpretar y expresar la riqueza del espíritu humano”, se leía en una de las salas.
Asombrarte demuestra que la belleza no siempre se ve: a veces se escucha, se toca y se siente.



Deja un comentario