Sanando Heridas es una asociación civil sin fines de lucro que, desde 2007, ha trabajado con dedicación para mejorar las condiciones de salud de comunidades indígenas en la región de Los Altos de Chiapas, una de las zonas con mayor rezago social del país.
Su origen se remonta a la iniciativa de un grupo de empresarios mexicanos comprometidos con el bienestar social, quienes comenzaron ofreciendo apoyo directo a familias en situación de vulnerabilidad y, un año más tarde, consolidaron formalmente la organización como donataria autorizada.
Desde entonces, ha contado con un Patronato sumamente involucrado, cuyo compromiso ha permitido que los recursos se destinen casi en su totalidad a la causa gracias al uso de infraestructura empresarial y al apoyo operativo que reduce significativamente los costos administrativos.
La labor de esta institución cobra especial relevancia al intervenir en comunidades catalogadas con rezago social de grado 3 e incluso grado 4, donde el acceso a servicios de salud, educación, vivienda digna y servicios básicos es limitado o inexistente. En este contexto, el equipo se ha desplazado hasta los parajes más aislados y necesitados, llevando atención médica integral y acompañamiento constante.
Su presencia no solo ha contribuido a salvar vidas mediante intervenciones oportunas, sino que también ha generado un cambio significativo en la percepción y el conocimiento de la salud dentro de las comunidades. A través de información clara, culturalmente pertinente y capacitación continua, se ha impulsado un proceso de concientización que permite prevenir enfermedades y promover estilos de vida más saludables.
Los programas están diseñados para atender de manera amplia y profunda las necesidades de salud de la población. Entre estos destacan las consultas médicas en comunidades y en la clínica, además de diversos grupos de vigilancia que acompañan etapas cruciales de la vida.
Se brinda seguimiento al crecimiento y desarrollo de niñas y niños de cero a cinco años, atención y monitoreo a mujeres embarazadas, así como orientación en planificación familiar y consejería en salud sexual y reproductiva.
También se realiza gestión para garantizar que quienes requieren atención especializada puedan acceder a ella, derribando barreras geográficas y económicas.
Una parte esencial del trabajo radica en la educación para la salud. A través del programa “Educando”, se llevan a cabo talleres formativos en escuelas rurales de nivel preescolar y primaria, donde niñas y niños aprenden sobre higiene, alimentación, prevención de enfermedades y cuidado personal.
De igual forma, se imparten talleres de salud sexual y reproductiva dirigidos a jóvenes de secundarias y telesecundarias, brindándoles información veraz y herramientas para decisiones responsables.
El componente educativo incluye también formación para madres de familia en localidades de acción intensiva, abordando temas de prevención, nutrición y primeros auxilios. Además, se trabaja con grupos organizados aliados, fortaleciendo redes comunitarias que amplifican el impacto.
Para complementar estas acciones, se producen materiales didácticos propios, diseñados especialmente para contextos rurales e indígenas, con el fin de facilitar la comprensión y apropiación del conocimiento en salud.
A lo largo de su trayectoria, la asociación ha demostrado que la atención comunitaria en salud requiere empatía, constancia y una visión integral. Su labor no solo atiende la enfermedad, sino que busca transformar las condiciones estructurales que afectan el bienestar de las familias.
Cada consulta, taller y acompañamiento contribuye a construir comunidades más informadas, resilientes y saludables.
Gracias a su compromiso, se ha convertido en un puente de esperanza para miles de personas, reafirmando la importancia de actuar con solidaridad y responsabilidad social en las regiones más vulnerables del país.



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