El fenómeno del envejecimiento poblacional, con sus implicaciones demográficas, sociales y económicas, constituye uno de los mayores desafíos contemporáneos en México y, de manera particular, en la Ciudad de México. En este contexto, la Fundación Tagle, Institución de Asistencia Privada (IAP), emerge como un actor indispensable que, a lo largo de casi un siglo, ha transitado desde su vocación inicial como sanatorio de maternidad hasta consolidarse en la actualidad como un referente en la atención integral de las personas mayores en situación de vulnerabilidad.
La Fundación Tagle hunde sus raíces en 1930, año en que, por disposición testamentaria de Don Luciano P. Tagle, se establece el Sanatorio San Antonio de Padua, concebido como el primer sanatorio gineco-obstétrico de beneficencia privada en el país. Esta iniciativa pionera no solo constituyó un precedente en la atención médica de mujeres, sino que, además, sentó las bases de lo que posteriormente se convertiría en una institución de mayor alcance social.
En 1957, la denominación cambia en honor a su fundador, adoptando el nombre de Fundación Tagle, IAP. Posteriormente, tras el cierre del sanatorio en 1970, el Patronato emprende un proceso de reconfiguración estatutaria que culmina en 1977 con la redefinición de su objeto social: la atención prioritaria a personas mayores de escasos recursos, rescatando así la esencia filantrópica planteada por su creador.
Este tránsito institucional ilustra no solo la capacidad de adaptación a las necesidades históricas del país, sino también la coherencia en torno a una voluntad fundacional centrada en la asistencia a sectores en condiciones de vulnerabilidad.
México ha experimentado, en las últimas décadas, una modificación significativa de su pirámide poblacional. La proporción de adultos mayores de 60 años y más ha aumentado de manera sostenida, representando para 2010 un 11.3% en la Ciudad de México, cifra que ascendería a 15.6% hacia 2020. Dicho incremento constituye no solo una estadística demográfica, sino también un indicador de la presión creciente que recae sobre los sistemas de salud, seguridad social y asistencia pública.
La capital del país, particularmente en alcaldías como Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc y Tlalpan, concentra un porcentaje elevado de esta población. En este sentido, las personas mayores configuran un sector con grados acentuados de vulnerabilidad, lo cual demanda políticas y estrategias institucionales que superen la mirada asistencialista tradicional para convertirse en propuestas integrales de prevención, atención y acompañamiento.
Es precisamente en ese vacío donde la Fundación Tagle desempeña un papel clave, al articular programas que no solo procuran cubrir necesidades inmediatas, como la alimentación o el vestido, sino que, además, promueven una visión holística que incorpora derechos humanos, formación intergeneracional y construcción de una cultura del envejecimiento activo y digno.
La Fundación se sustenta en cuatro ejes axiológicos que definen el sentido de su acción social: dignidad, respeto, solidaridad y compromiso. Bajo la noción de dignidad, se reconoce el valor inherente de toda persona mayor como sujeto pleno de derechos. El respeto implica no solo consideración hacia las necesidades particulares de este sector, sino también la afirmación de su autonomía y capacidad de decisión. La solidaridad se traduce en una participación activa y comprometida en la defensa de sus derechos, mientras que el compromiso alude a la responsabilidad institucional de mantener una labor constante y sostenida en el tiempo.
Estos principios se materializan en actividades concretas: distribución de despensas, ropa, calzado, medicamentos e insumos sanitarios; impartición de pláticas y conferencias en torno a la salud, la alimentación, los vínculos familiares y la promoción de los derechos humanos; sensibilización dirigida a niñas y niños para fomentar el respeto intergeneracional; así como el otorgamiento de becas a través del programa FORHUM3, en alianza con el Instituto Nacional de Geriatría, que busca formar recursos humanos especializados en envejecimiento, vejez y salud mediante una plataforma educativa innovadora.
La Fundación Tagle no se limita a mitigar carencias inmediatas, sino que asume una misión de mayor alcance: dignificar a las personas mayores a través del fomento de una cultura de respeto y reconocimiento, del acompañamiento jurídico y económico, y del fortalecimiento de procesos de capacitación que promuevan un envejecimiento sano y activo.
Este enfoque coloca a la institución en un lugar estratégico dentro del entramado de organizaciones públicas y privadas que trabajan con este sector poblacional, pues su labor no solo atiende necesidades materiales, sino que también contribuye a modificar imaginarios sociales en torno a la vejez.
Desde su sede en Cerrada de San Jerónimo No. 32, Col. San Jerónimo Lídice, Alcaldía Magdalena Contreras, la Fundación Tagle extiende una invitación a la sociedad civil, al sector privado y a la ciudadanía en general a sumarse a este esfuerzo colectivo. La institución recuerda que cada contribución, por mínima que parezca, puede marcar una diferencia significativa en la vida de las personas mayores.
En un país que enfrenta el reto inexorable del envejecimiento poblacional, iniciativas como la de la Fundación Tagle no solo representan una respuesta concreta a necesidades urgentes, sino que constituyen un modelo de intervención social que integra historia, valores y visión de futuro. Su relevancia trasciende lo filantrópico y se inscribe en la construcción de una sociedad más justa, incluyente y consciente de la dignidad de quienes, con su experiencia y trayectoria, han contribuido a cimentar el presente de México.
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