Aprenda continuamente a mejorar su trabajo

Gane en empatía con la gente. Consiga junto con su personal objetivos precisos y predeterminados. Siempre que sea posible dirija colegialmente. Así obtendrá el apoyo de la mayoría, las decisiones podrán ser acertadas y llevarse a cabo.

Descubra y solucione las preocupaciones de las personas que dependen de uno o estén relacionadas con la labor que llevan a cabo. No imponga. Abra horizontes de mejora personal –virtudes y habilidades-, porque La persona es lo importante. Si trabajan bien las personas, lo que lleven a cabo será al menos bueno, si no es que perfecto.

Identifique los rasgos que bloquean la eficacia en el trabajo y sustitúyalos por otros que potencien la eficacia.

Es elemental enterarse cómo nos ven los demás. Pero no hemos de hacer caso al “que dirán”. Lo importante es lo que está bien.

Será más fácilmente escuchado, si no echa las verdades a la cara a las personas. Si el problema es personal, mejor corrija en privado, en forma firme y sin humillar, animando a aceptarse a sí mismo y a superarse.

Es imprescindible trabajar bien para ir limando las debilidades personales. Es ineludible y provechoso modificar la conducta, para ajustarla a un cambio de condiciones del trabajo.

Tenga presente el trabajo de escritorio y acábelo: asuntos, notas, orden administrativo, etc. Lea y estudie los mensajes una sola vez –si es preciso, repáselos-, y vaya a lo siguiente. Además de trabajar uno bien, hay que saber tratar mejor a la gente.

Pensar primero, y luego hacer. Esto nos permite producir más y mejores resultados y nos prepara para un continuo crecimiento. Hay que procurar –en lo posible- que el consejo o la asesoría ayude a la toma de decisiones.

Gracias a la memoria se da en el hombre aquello que llamamos experiencia.

Reflexionar, pensar, recoger experiencia, es imprescindible para trabajar con una eficacia, cada vez mayor.   Asuma la responsabilidad para decidir y tomar mejores decisiones. Recuerde que, tropezando, se aprende a caminar.

La experiencia obtenida es una buena ayuda para hacer mejor las cosas. Por ello, cuando hay dificultades, es aconsejable buscar ahí parte de la verdad, tomando en cuenta la experiencia propia y la de los demás.

Uno puede por equivocación puede decidir cosas que puedan tener una consecuencia adversa. Pero, evidentemente, el resultado positivo tendrá que ser mucho mayor. Es ineludible aprender a responsabilizarse cuando las decisiones salen mal, y aceptar las consecuencias. Luego corríjase y tome el camino atinado porque se tiene más experiencia.

Cuando hay un ascenso o cambio de responsabilidades, y nos afecta personalmente, implica esforzarse por dejar la experiencia por escrito y aprender una conducta nueva, para afrontar responsablemente el nuevo trabajo.

Recuerde que la experiencia es un conocimiento que adquirimos después de necesitarlo. Y de lo que se trata es de mejorar tanto uno mismo como el trabajo.

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